Suzanne Ouedrago, una agricultora de Burkina Faso, muestra el tipo de hojas que sembró para alimentar a su familia como resultado de la sequía, las malas cosechas y el aumento de los precios de los alimentos.
Fotografía: Oxfam International / Flickr.
Aquellos que lo llamaban loco cuando lo veían plantar árboles en pleno desierto, ahora lo consideran un auténtico héroe. Sin embargo, Yacouba Sawadogo, se conforma con saber que gracias a su empeño miles de agricultores son capaces de vivir del fruto de sus tierras.
La catástrofe
Y sin embargo, recientemente una amenaza se cierne sobre esta reserva. "Hoy hago un llamamiento sincero a las autoridades de mi país. El esquema de vivienda está destruyendo el ecosistema", lamenta el señor Sawadogo.Hace unos años, la ciudad se extendió hasta el pueblo de Gourga y ahora la urbanización ha llegado al bosque. Las parcelas se han despejado para los proyectos de viviendas dentro del bosque y en algunas la construcción ya está en marcha.Una catástrofe, según este tenaz pionero, que espera ser escuchado por las autoridades.
Vía | L'Economiste du Faso.