El 17 de mayo de 1954, la Corte Suprema de los Estados Unidos había declarado inconstitucional la segregación racial en los centros de enseñanza de todo el país.
Ese año la Corte Suprema de los Estados Unidos instó a eliminar la segregación en las escuelas, comenzaba por fin la desagregación estudiantil (hasta ese momento existían colegios y universidades para negros y para blancos, separados).
A los 15 años de edad, en septiembre de 1957, Dorothy Counts era una de los cuatro estudiantes negros seleccionados para integrarse en el recién desagregado colegio de secundaria “Harry Harding High School” en Charlotte (Carolina del Norte). Dorothy era la primera estudiante negra (y única) en inscribirse allí, concretamente, fue elegida para entrar en el Harry Harding High School, los otros tres chicos fueron Gus Roberts en Central High, su hermana Girvaud en Piamonte Junior High y Delois Huntley en Alexander Graham Junior High.
Estos jovenes no tuvieron problemas, pero el caso de Dorothy fue distinto.
No era una mañana cualquiera para Dorothy Counts aquel 4 de septiembre. Iba a salir de casa para asistir a su primer día de clase en el Instituto Harry Harding, una institución sólo para blancos en una ciudad sólo para blancos de un estado sólo para blancos.
Ninguna persona de la comunidad negra se había atrevido a dar este paso antes en un estado segregacionista en Estados Unidos.
Su calvario comenzó cuando la esposa de John Z. Warlick, líder del Consejo de Ciudadanos Blancos, instó a los jóvenes a "mantenerla fuera" de la escuela. En el camino de Dorothy a la escuela gritaba a los jóvenes que la escupieran.
Frente a la puerta del instituto la esperaba una multitud con la consigna de hacer de ese recorrido un calvario que la obligara a echarse atrás de tan ridícula determinación. Dorothy sabía lo que iba a ocurrir, pero su determinación y valentía, hicieron posible que cumpliera su propósito simplemente porque creía en la igualdad de derechos de las personas.
Dorothy caminaba sin reaccionar a las provocaciones, a pesar de las piedras y los esputos.
Un hombre siempre caminó al lado de Dorothy, el Dr. Edwin Tompkins, amigo de la familia y profesor de la 'Universidad negra' Johnson C. Smith.
Dentro de la escuela le tiraban basura mientras comía, l@s docentes miraban para otro lado. Al día siguiente, comenzó a relacionarse con dos jovenes blancas, que se alejaron de ella, tras ser amenazadas por sus compañer@s.
En 1956, cuarenta estudiantes negros solicitaron matricularse en escuelas segregadas en Estados Unidos. Pero los estados sureños estaban luchando contra esta sentencia a pesar de que el Tribunal Supremo había declarado ilegal las escuelas segregadas dos años antes.
Quizá en la América de aquellos años muchas personas valientes de la comunidad negra mostraron abiertamente su protesta por algo que hoy nos parece obvio, pero sus acciones pasaron totalmente desapercibidas. Sin embargo, todo lo que ocurrió aquella mañana fue inmortalizado por la cámara de Don Sturkey, del Charlotte Observer. En ellas se ve como otros estudiantes, blancos, le hacen burla en su primer día de clases, le lanzaban piedras y le gritaban que se fuera a su casa.
A raíz del eco que tuvieron las fotografías de Sturkey, se difundieron rápidamente por los medios de comunicación y el mundo entero fue testigo de aquel suceso.
Demasiados acosos, incidentes y abusos
La familia de Dorothy tuvo que sacarla de la escuela, tras sólo 4 días. Su familia recibió amenazas telefónicas y destrozaron el carro familiar, por lo que su padre decidió sacarla de la escuela.
La familia se trasladó a Pensilvania, donde Dorothy Counts asistió a una escuela integrada en Filadelfia.
El caso de Dorothy no fue el único incidente en esos meses ni el único colegio, se contaron por docenas y mucho más graves incluso.
En el año 2010 Dorothy volvió a la Harry Harding High School hoy llamada Harding University High School para dar un discurso contra el racismo.
Declaró: “Lo que ocurrió aquellos días me dejó claro lo que quería hacer. Siempre quise trabajar para asegurar que no ocurran cosas malas a otros niños”.
Como lo fue el caso de Dorothy Counts, jovenes estudiantes de la comunidad negra fueron más que valientes, por su decisión de asistir a escuelas para “blancos”, como lo fue el caso de Elizabeth Eckford o el de Ruby Bridges, insultada fuertemente y amenazada de muerte por una multitud enfurecida.