¿Quién es y qué hizo el almirante Padilla para estar hoy en el recuerdo y la memoria de Colombia y Venezuela (donde incluso hay un municipio con su nombre)?

Padilla fue un extraordinario estratega naval, creador de nuevas técnicas de guerra en base a cañones emplazados en embarcaciones civiles, con las cuales sorprendió y vendió a la armada española en apoyo a los planes militares de Simón Bolívar.

José Prudencio Padilla, nacido el  19 de marzo de 1784  y falleció el 2 de octubre de 1828, es prócer de la independencia de Colombia y Venezuela. Fue hijo del negro Andrés Padilla, constructor de embarcaciones menores, y Lucía López, descendiente mulata y que nació en la comunidad de Galán, ubicada al sur de la ciudad de Riohacha en el Departamento de La Guajira.

Fue el héroe naval durante la Campaña de Independencia liderada por Simón Bolívar, creador de la Armada Nacional de Colombia y primer Almirante de la Gran Colombia.

Sus restos mortales descansan en la catedral de Nuestra Señora de los Remedios de Riohacha, la cual fue posteriormente declarada como patrimonio nacional de Colombia. Pero la imagen que se tenía de Padilla, era de un blanco.

El primer retrato del José Prudencio Padilla, el máximo héroe de naval de la historia de Colombia, fue pintado 52 años después su muerte. El cuadro data de 1880 y es de autoría de un artista llamado Francisco Vargas, quien dibujó a un Padilla blanco, de rasgos españoles y largas patillas, más parecido a un militar realista que a un marino colombiano nacido en la Guajira y descendiente de negros e indígenas. “Ese no puede ser Padilla”, dice el vicealmirante Carlos Ospina Cubillos, quien valiéndose de modernas herramientas de identificación de la policía logró dar con el rostro y la figura más parecidos a los del histórico personaje.

Cerca de una enorme lámpara de faro, sentado en diagonal a una escafandra de buzo, el vicealmirante Ospina cuenta cómo fue que empezó su investigación. Ospina se dio cuenta de que había grandes contradicciones en las obras que representaban a Padilla. Durante dos siglos, su figura fue desdibujada. Cada artista, cuenta Ospina, plasmaba lo que creía que era Padilla: “No lo que era en realidad”.

La versión que se tomó como oficial del rostro de Padilla fue una que se adornó unas estampillas hace muchos años. Pero aquel rostro no convencía a Ospina, quien decidió pedir ayuda en la Dijín para, de una vez por todas, ponerle una cara justa y real a héroe. Ospina se sentó en la silla de testigos, como en cualquier investigación. Comenzó por el aspecto genealógico. Luego de introducir los datos,  la computadora arrojó un resultado sorprendente: un hombre con muchos rasgos indígenas. La razón: la madre de Padilla es india, y el gen indio es dominante, mientras que el negro es recesivo.

Algunos de los rostros de Padilla, sobre los cuales trabajó el vicealmirante Carlos Ospina Cubillos.

Se le pusieron las cejas, se le alargó la boca. La computadora, una máquina no comercial traída de Estados Unidos, proporcionaba cada detalle. Pero había que darle peso a la memoria colectiva, al rostro que, con todas sus contradicciones, quedó para la historia. Pensando en eso, Ospina comenzó a trabajar sobre la imagen de las estampillas. La computadora advirtió que era muy desproporcionada: la cabeza no correspondía con los hombros, los brazos era muy delgados. Nada cuadraba.

Los documentos históricos describen a Padilla como fornido: se le robusteció el pecho, se le ancharon los hombros. También explican que el almirante tenía una cicatriz muy visible en el ojo: se escogió el ojo derecho. Con cada modificación, todos los detalles cambiaban –el ancho de una oreja el largo de los dedos de las manos– para ajustar así las proporciones del personaje.

Este es el rostro de Padilla, aprobado por el Consejo de Historia Naval de la Armada.

Uno de los problemas que surgió fue que el cuadro representa al Almirante Padilla a los treinta años, y hace doscientos años una persona de treinta parecía una de cuarenta de hoy. Hubo entonces que envejecerlo un poco, ajar la piel y dibujarle algunas arrugas.

Después de tres meses de trabajo, de mezclar la memoria colectiva con los modernos sistemas de a policía, el vicealmirante Ospina presentó el nuevo rostro de José Prudencio Padilla. Pero no hay nada más difícil que modificar los símbolos. Muchos pusieron el grito en el cielo. Pero el Consejo de Historia Naval aceptó la nueva imagen como la oficial de la Armada Nacional de Colombia. Ahora el gran héroe de la campaña de independencia de Colombia tiene nuevo rostro.

Un apunte: Historia y racismo

La tendencia a blanquear patricios, héroes y grandes figuras de la historia de los países latinoamericanos, no es exclusiva de Colombia.

Si se busca en la red, retratos de muchos patricios que fueron negros o mestizos, muchos muestran una tendencia a disminuir o eliminar los rasgos negros o indígenas. Es racismo puro y simple.

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